amor sexual

Se dice del vínculo basado tanto en el amor como en la sexualidad, tanto en el deseo, la excitación y en el orgasmo como en la afectividad, la ternura y los cuidados.

Nadie lo dice. Sigue proscrito. No está bien visto hablar de amor sexual. De amor sí. De sexualidad sí. Pero de amor sexual no.

Históricamente, el amor sexual se ha escindido. Para arriba se ha fragmentado como amor. Para abajo se ha separado como sexo. Nos pasamos 2500 años hablando de un amor alejado del sexo, mistificado: el amor platónico, el amor cristiano, el amor cortesano, el amor romántico, el amor espiritualista. Además ahora llevamos 50 años hablando y practicando un sexo sin amor. Técnico, productivo, competitivo, mecánico. Hay cursos de sexualidad. Manuales.

Una vida basada en un amor sin sexo es mistificación, negación de las propias necesidades y deseos, a veces hablan de sublimación cuando en realidad es represión. El sexo sin amor es objetivización del otro y del propio cuerpo, mecanización, mercantilización, desvalorización y profanación. También se estila vivir ambas cosas por separado. Con alguien tengo amor, amistad. Con las amigas, con los amigos. Y con alguien practico sexo. Sólo sexo. Nada serio.

Hemos escindido aquello que nos creó, el amor sexual. El acto de amar sexualmente entre un hombre y una mujer nos engendró. El mismo acto del nacimiento es también en cierto sentido un acto profundamente amoroso y sexual, pues supone que el nuevo ser humano para nacer debe atravesar literalmente la vagina de su madre.

Está claro que cuando tenemos la experiencia fundamental del amor sexual podemos prolongar este amor más allá de nuestra/s pareja/s afectivosexual/es. Podemos cultivar el amor por otros seres humanos y también sentir compasión por seres con los que no tenemos un vínculo recíproco directo. Pero sin esa experiencia sexoafectiva central, toda expresión de amor o compasión queda mistificada, carente de esa experiencia que le da el brillo y el color que le son propios.

El miedo más grande que tenemos los humanos así como estamos, en nuestro estado actual de desconexión de nuestra esencia, de nuestra humanidad, es a amar y ser amados. En particular a amar y ser amados por una o más parejas afectivosexuales.

El amor sexual está en el principio y el centro de la vida. Recuperemos su unión como amor sexual, sexo amoroso o como se llame para unificarlo de nuevo. Devolvámoslo al centro de nuestras prioridades también. Reivindiquémoslo. Démosle su tiempo, su centralidad en nuestras prioridades. Aprendamos de él. Compartamos experiencias. Centrémonos y pongamos nuestra energía en él como hacemos con todo aquello que tenemos claro que necesitamos y nos hace bien, como pueden ser una forma de ganarse la vida, una casa y comida.

Vicen Montserrat