plaga emocional

La verdadera pandemia que sufre la humanidad no es de coronavirus, sino de hiperactivación crónica del sistema nervioso simpático e incapacidad para que se active completamente su complementario, el parasimpático. Es decir vivimos siempre en estrés, en miedo, en sistema de emergencia, de huida. Esto tiene muchísimas consecuencias. En primer lugar distorsiona los sentidos, también la escucha, la empatía. Nos vuelve egoístas, individualistas, sálvese quien pueda o, como mucho, salvar a los míos, lo demás no importa.

Este estado es lo que corresponde al acorazamiento del carácter en términos biológicos, bioenergéticos; a neurosis en lo psicológico; y a alienación en lo sociológico. En términos sociales corresponde a sociedad autoritaria, patriarcal y capitalista.

Como se trata de una disfunción del funcionamiento total humano se puede considerar una enfermedad o patología. Y como es una disfunción generalizada podemos hablar de epidemia, y al ser mundial de pandemia.

No hay ningún juicio de valor en ello, simple constatación médica descrita en estos términos, entre otros, por el doctor Wilhelm Reich, pionero de la bioenergética. Reich hablaba de plaga emocional en tres sentidos. En primer lugar en el sentido de que el acorazamiento es plaga, es pandemia. Es patología generalizada. Para colmo, inconsciente. Por otro lado hablaba de plaga emocional en el caso de un ataque agudo de acorazamiento, algo que le puede pasar a cualquiera. Y, por último, usaba este término para designar a las personas cuya estructura es totalmente acorazada. Estado híperacorazado. Estos son los disciplinadores de los demás.

Vicen Montserrat