El disfrute es un elemento fundamental para conectar con el profundo sentido de la actividad humana, más allá de perseguir un objetivo. La propia actividad humana tiene un gozo y un sentido en la propia experiencia y se genera una confianza en algo que somos.
Dejamos de ser medios o de vivir la vida como un medio para conseguir algo y entonces nuestro quehacer comienza a ser una fuente de gozo, de profundo sentir y sentido. Si surge el miedo invitamos a sentirlo y vivirlo, porque detrás de esa experiencia surge una auténtica confianza. El miedo está en la mayoría de los cuerpos y cuando nos movemos puede aparecer, relacionarnos con él, atraversarlo y sentirlo es construir confianza. Es paradójico pero siempre que construimos una cosa profunda, es porque nos hemos relacionado con el otro polo.