Cuando decimos «volver a ser salvajemente humano» como frase principal del Posgrado en Bioenergética Integrativa del área de No Dualidad Orgánica, en primer lugar decimos «volver» porque queremos señalar que ya hemos estado allí, y que sólo se trata de regresar, de recordar, de reconocer aquello que ya somos.
Cuando usamos «salvajemente» como adjetivo estamos en realidad simplemente potenciando el sustantivo, «humano». Queremos decir volver a «ser» muy, pero que muy, extraordinariamente, «humano». Y de pasada introducimos lo de salvaje, pues según nuestra visión la negación de nuestra naturaleza salvaje, vida, animal, mamífera, libre y no domesticada, no civilizada, es el camino de la recuperación de nuestra naturaleza y nuestra esencia: humana, salvaje y muchas cosas más.
Vamos ahora con lo de «salvaje», que es lo que suele llamar más la atención porque tanto la cultura, como muchas espiritualidades, como la civilización y casi todas las concepciones de evolución del ser humano se han desmarcado siempre de lo salvaje y animal. No queremos decir volver a ser salvaje en el sentido peyorativo del término, como convencionalmente ha sido usado, sino al contrario. Tampoco nos referimos exclusivamente a una reconexión con nuestra naturaleza animal, mamífera, corporal, sensible, todo ello asociado con lo de abajo, con lo «bajo» y por tanto según esa concepción malo, feo, sucio… que han sido los conceptos rechazados por la cultura puritana civilizada, y en cambio han elogiado los conceptos de arriba, por tanto altos, estilo todo lo divino, «racional»*, civilizado… Esta dualidad entre lo bajo malo y lo alto bueno es propia de la civilización dual y la cuestionamos completamente. En cambio reivindicamos lo vivo, natural, orgánico, y por tanto adecuado (y «bueno» en el sentido etimológico original) tanto de lo de arriba como lo de abajo. Por tanto, cuando decimos salvaje queremos decir reconectar tanto con lo bajo como con lo alto, porque a nuestro entender en realidad hemos perdido la conexión con la magia, lo sutil, lo intuitivo, la conexión directa con los misterios de la vida y la naturaleza y en cambio al separarnos de lo «malo» de abajo en realidad nos hemos separado de lo de abajo pero también de lo de arriba, convirtiéndose eso de arriba nada más que en una abstracción, «Dios», para contactar con el cual, además, necesitaríamos un mediador (el cura y la Iglesia) y una moral o unas normas de conducta externas, pues hemos perdido nuestra escucha y sensibilidad para saber directamente qué es lo «bueno», es decir lo adecuado en cada momento.
* Aquí uso «racional» entre comillas porque lo uso en el sentido convencional, como propio de la «razón», en realidad, mente mecanicista separada. En cambio usamos razón y racional sin comillas en el sentido que lo usa Wilhelm Reich, es decir en el sentido de coherente con el logos, la lógica, de la vida y el universo.